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Configurando ciudades libres de violencias sexuales

3 de diciembre 2021

Nuria Parlon Línea Red
Es necesario reformular el modelo de seguridad de las ciudades teniendo en cuenta a las mujeres.

El pasado 25 de noviembre, en el marco del Día internacional por la eliminación de la violencia contra las mujeres, desde las ciudades y los pueblos de toda Cataluña se organizaron actos, concentraciones y manifestaciones ciudadanas para reivindicar la necesidad de una sociedad libre de violencias machistas.

Las cifras, por desgracia, nos reafirman en la necesidad de que cada día debería ser 25 de noviembre. Si tenemos en cuenta los datos generales sobre violencias sexuales en el país, las tendencias son realmente preocupantes. El número de violaciones en España aumentó más de un 30% respecto al año anterior, que fue el año del confinamiento, según datos del Ministerio del Interior. Por comunidades autónomas, y en términos absolutos, las regiones que más agresiones sexuales registran son Cataluña (1.548 delitos, 265 violaciones), Andalucía (1.330 delitos, 141 violaciones) y Madrid (1.118 delitos, 123 violaciones). Y el cómputo total de delitos contra la libertad sexual ya encabeza la lista de criminalidad, con 7.898 casos.

Éste es ya, por tanto, uno de los principales problemas de seguridad en las ciudades y en los pueblos que hay que abordar de manera eficaz e integral. Y esto ocurre por un abordaje conjunto y coordinado de los gobiernos –central, autonómico y locales– de la mano del sector privado y del tejido asociativo de los territorios.

Sólo de forma conjunta, coordinada y comunitaria se podrá hacer frente a este problema. Porque, en definitiva, las mujeres queremos poder ir por la calle, volver a casa o disfrutar de nuestro tiempo libre sin miedo a ser asediadas o agredidas en el espacio público. ¡Es un derecho inalienable!

En la ciudad de Santa Coloma de Gramenet, a finales de 2019 pusimos en marcha el proyecto Xarxa Violeta, una comunidad de agentes lilas a través de establecimientos de ocio, comercios y servicios para favorecer unos espacios públicos libres de violencias machistas y lgtbifóbicas, sistematizando las respuestas a las agresiones que pudieran producirse en contextos festivos y locales, unificando criterios, esfuerzos y coordinando respuestas ante las agresiones sexuales.

Esta innovadora iniciativa –y única en el país– arrancó con el compromiso de unos sesenta establecimientos adheridos, la mayoría inicialmente locales de ocio nocturno, pero también se añadieron gasolineras, farmacias, aparcamientos y servicios de taxi. Desde entonces, la Xarxa Violeta ha multiplicado por cuatro la participación comunitaria, pasando de las 64 adhesiones de 2019 a las 294 actuales. Este año cabe destacar la incorporación de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Santa Coloma de Gramenet y de clubs sociales y entidades como los Bikers Solidarios Santako Originals.

Como Ayuntamiento, nuestra tarea es facilitar las herramientas y los recursos a estos establecimientos, servicios y tejido asociativo para que puedan detectar y prevenir las violencias machistas y lgtbifóbicas, así como para que puedan realizar el acompañamiento de las posibles víctimas activando el Protocolo de Actuación y coordinación profesional existente en caso necesario.

Detrás de este Protocolo compartido existe una red de servicios y profesionales que actúan, si es necesario, los 365 días del año y las 24 horas del día. Lo conforman los servicios policiales, sanitarios, los agentes cívicos nocturnos –serenas y serenos–, el servicio especializado en atención a las violencias machistas y un equipo de psicólogas de guardia especializadas por si debe acompañarse a las personas que hayan sufrido agresiones.

Porque hace falta reformular el modelo de seguridad de las ciudades teniendo en cuenta a las mujeres. La Xarxa Violeta forma parte de un nuevo paradigma de comprensión del espacio público y de la seguridad basado en una respuesta y una implicación comunitarias y con perspectiva de género. El objetivo es convertir a las ciudades en una red de espacios seguros y de referencia –los espacios violetas– a los que las mujeres puedan dirigirse, si lo necesitan, para pedir ayuda o atención.

Con proyectos como éste estamos haciendo una revisión estructural y una ampliación del concepto de ciudades seguras basada en la importancia de tener en cuenta la visión de las mujeres. Porque no sólo deben identificarse los espacios de inseguridad y combatir los actos delictivos. También es necesario favorecer y fomentar espacios seguros, desde la proximidad, la sensibilización y de forma comunitaria; lo que se conoce cada vez más con el concepto de 'seguridad natural'.

En Santa Coloma, antes de la pandemia empezamos a trabajar la seguridad con perspectiva de género con los establecimientos y servicios dedicados al ocio nocturno. Era el primer ámbito de actuación y tuvimos muy buena respuesta. Posteriormente, ampliamos la red de espacios violetas a aquellos servicios que estaban abiertos durante el toque de queda, como los comercios de proximidad, supermercados, farmacias y otros establecimientos de primera necesidad.

Ahora, el ámbito de actuación ha llegado a los entornos de las asociaciones vecinales ya las comunidades de propietarios y propietarias, a donde estamos haciendo llegar el proyecto para que también se conviertan en espacios de prevención de las agresiones sexuales. Asimismo, también están presentes la red de bibliotecas de la ciudad, como espacios públicos que también están, así como los diferentes servicios municipales que trabajan en la vía pública, de día y de noche, para hacer de la prevención un eje transversal y integral en el día a día de las ciudades.

Pero la Red Violeta también sigue tejiéndose fuera de nuestra ciudad. De hecho, a través de la asociación motera Bikers Solidaris Santako Originals, por ejemplo, se han interesado por la iniciativa otras entidades de moteros de ciudades como Terrassa, que también se han convertido en puntos itinerantes de carácter preventivo contra las agresiones sexuales. Son entidades y personas que, a escala comunitaria, están jugando un papel clave en la observación y detección de las violencias, y que saben cómo actuar y apoyar a las víctimas si es necesario.

Y para reforzar este papel de los agentes de la Red Violeta de espacios seguros cabe destacar los Puntos Liles, que son los espacios informativos y de prevención que instalamos en puntos estratégicos de la ciudad, en el marco de la Fiesta Mayor de Verano y de Invierno, y que cada vez están presentes en más ciudades de Cataluña. En estos espacios, donde existe mucha afluencia de público, se proporciona información y atención ante agresiones sexuales y comportamientos sexistas y lgtbifóbicos. Los Puntos Lilas forman parte de las medidas adicionales y extraordinarias de seguridad y prevención que ejecutamos en estos marcos festivos y que forman parte de este nuevo modelo de ciudades seguras: aquellas que abordan la convivencia tranquila teniendo en cuenta la perspectiva de género .

Cabe recordar que, desgraciadamente, en los contextos de fiesta es donde se producen repuntes de violencias sexuales, como son los casos de múltiples agresiones. Por eso es necesario tomar medidas para entender y detectar estas dinámicas que se producen y que sufrimos especialmente las mujeres para poder erradicar cualquier tipo de violencia machista y ltbifóbica. Todo el mundo debe poder disfrutar de un tiempo de ocio y festivo con civismo y respeto.

 

*Artículo publicado originalmente en LíneaRed.es.